Indiferencia. El pecado que se comete, pero nunca es confesado.

Indiferencia. El pecado que se comete, pero nunca es confesado.

Mensaje del Director:

Indiferencia. El pecado que se comete, pero nunca es confesado. Muchas personas cuando se examinan con sinceridad, aunque no con imparcialidad, llegan a la misma conclusión. En verdad no soy una mala persona, puesto que no hago mal a nadie. ¿No es cierto? Es muy común este razonamiento, ¿pero es esencialmente verdadero? Dejo la respuesta a cada uno que lea este artículo, no es mi intención juzgar conductas. Sino definir algunos conceptos que nos lleven a una mayor comprensión de todo cuanto hacemos y pensamos. Esto afecta a todas las personas, no solamente a algún grupo en especial. Tanto al que cree en Dios como al que lo niega, por cuanto crea consecuencias temporales y eternas.

Indiferencia, sinónimo de Omisión.

En cierta ocasión un hombre fue brutalmente golpeado y dejado herido al borde del camino. Allí solo y desangrándose vio pasar las horas. Necesitaba urgentemente ayuda, pero nadie aparecía por el lugar. El sitio era peligroso, los maleantes realizaban allí sus tropelías y pocos se atrevían a recorrerlo. De pronto alguien apareció en el horizonte. El herido cobró ánimo al fin encontraría ayuda, pero el caminante lo miró y con indiferencia continuó su camino. Luego la figura de otro hombre se acercó al herido, pero también con indiferencia, lo dejó abandonado a su suerte. Un natural de Samaria que también recorría el mismo camino, tuvo de él misericordia, lavó y vendó sus heridas. Lo llevó luego a un lugar donde podían atenderlo mejor y además pagó por ello.

Indiferencia o Misericordia.

Casi todos pensamos que somos buenas personas ¿lo somos en realidad? Dejemos que sea la palabra del Señor quien responda esta pregunta y sinceramente es posible que no te agrade. “No hay justo, ni aun uno. No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” Romanos 3-10. Ignoro qué significa para ti, para mi es una bofetada diaria y me duele, porque es la pura verdad. Tienes razón Señor, solo tú eres bueno y misericordioso. El samaritano no fue indiferente, hizo una buena obra de misericordia con aquel hombre herido, sin duda. Pero eso no lo acredita como bueno delante de Dios. También nosotros a veces hacemos cosas buenas, pero no todos los días y en todas las circunstancias. Solo Dios lo hace todo el tiempo, la perfección es su naturaleza y sus misericordías cada día.

Hacer el bien o ser negligente.

Nuestro problema no es el mal que podemos hacer, sino el bien que debemos hacer y no lo hacemos.  Eso trae el pecado a nuestras vidas y el perdón no lo evita. Si golpeas a alguien y te arrepientes pidiendo perdón y él te perdona, bien haces. Pero el golpe le provocó un daño que tiene consecuencias que el perdón no soluciona. ¿Cuántas veces la mirilla en la puerta es la excusa para no abrirle al que llama? En nuestro trabajo no nos agrada que nos llamen la atención. ¿Pero siempre ponemos la mejor buena voluntad y dedicación para cumplir nuestra obligación? ¿Cómo estudiantes, nos aplicamos en aprender y hacer bien los deberes? No será que la lección se deposita en el celular y no en tu cerebro. La honestidad no parece ser nuestro fuerte. Dios todo lo sabe, lo ve y lo escribe en sus memorias.

Nuestro definitivo lugar de residencia.

En su momento el Señor preguntará a los que están a su derecha. Tuve frío y me cubriste y alimento cuando estaba hambriento. Me visitaste cuando estuve enfermo, en la cárcel y albergue cuando era forastero. Ellos dirán. ¿Señor cuando hicimos esto por ti? El Señor responderá, cuando lo hiciste por uno de mis hermanos más pequeños, por Mí lo hacías. Pero también habrá un grupo a su izquierda. Estos para su desgracia nada parecido habrán hecho por sus hermanos más pequeños. Entonces la dura sentencia resonara en sus oídos. ¡Apartaos de Mí malditos, al fuego eterno junto a Satanás y sus ángeles! Pero benditos, los que están a su derecha; estos alcanzarán la vida eterna. ¿Por qué elegirás el peor lugar, cuando aún tienes la posibilidasd de elegir el mejor? Reflexiona aun es tiempo.

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