Mensaje del Director:
El triunfo de la fe. Pedro era un hombre impulsivo, obedecía más a los arranques emocionales que al uso de la razón. Ello le llevo a cometer innumerables equivocaciones en su caminar junto a Jesús. No obstante era al mismo tiempo el cimiento elegido por el Salvador para la Iglesia que sería establecida luego de su partida. Quizás ni Ud. ni yo hubiésemos escogido a tal hombre para comenzar un edificio tan grandioso. Como es a través del tiempo la congregación de todos quienes confíanos en Jesucristo, su Iglesia. Por supuesto ninguno de nosotros lo habría hecho pero Jesucristo es único; podía hacerlo y lo hizo. La fe es simplemente creer que Dios sabe lo que hace y todo es posible para Él.
El triunfo de la humildad sobre la soberbia.
Quizás por nuestra falta de humildad, creemos que lo sabemos todo y que nuestras decisiones son siempre las correctas. Pero la vida nos muestra que el hombre no es nada mas que una máquina de cometer errores e injusticias. De torcer el derecho, oprimir al débil, cercenar las libertades y menospreciar a su semejante. Aun los mejores intentos del corazón y la razón no están libres de unas gotas de egoismo. La Ciencia que todo investiga y somete a análisis cualquier descubrimiento novedoso. Contínuamente nos sorprende derribando conocimientos ya aceptados por otros más recientes que desechan los anteriores. Dando una clara muestra de que nunca se está seguro de cual sea finalmente, la verdad.
El triunfo del poder de Dios.
Sucede que no somos perfectos, por lo tanto nuestros pensamientos actitudes y acciones tampoco lo son. Por ello nos cuesta mucho aceptar que un simple pescador de Galilea, resultase el elegido para esa tremenda obra de redención. Hasta hoy rechina un poco que continúe enseñándonos. No era un intelectual como Pablo de Tarso, no tenía tanto conocimiento como Gamaliel, ni dominaba la ley como Nicodemo. No fue a ninguna Universidad como muchos de nosotros; tampoco se autoadjudicó un título de Maestro, Profeta, Gurú o Guía. Si lo hubiese hecho, quizás hasta hoy el mundo lo seguiría; pero fue escogido por Él MAESTRO por una sola razón. Para demostrarle al mundo que Dios es todopoderoso como para utilizar a un hombre simple, imperfecto e impulsivo.
El triunfo de la Transformación.
¿Que Pedro era tosco? Muy probable, también que no supiera expresarse y con seguridad tampoco poseía elocuencia. Pero cuando habló delante de la multitud después de Pentecostés, 3000 personas que le escucharon; manifestaron de todo corazón – creer. No se necesita un gran orador sino el poder que respalda las palabras. El hombre en realidad no tiene poder en si mismo. Aunque en el mundo muchos piensan o crean que son poderosos. No es cierto su “poder” está en quien los respalda o los apoya. Quitado este apoyo el hombre o la mujer se derrumban. Las personas viven en extrema confusión, ya no saben ni pueden confiar en alguien o en algo. Cuando ese alguien o ese algo cambian contínuamente.
El triunfo de lo Inmutable.
El Señor no cambia su palabra sigue y seguirá siendo la misma, es un ancla segura en la cual confiar. Nunca como antes el hombre y la mujer de hoy, se han vuelto a las religiones y las Filosofías. Buscan respuestas y soluciones para sus vacíos espirituales, que la religión y la filosiofía no pueden llenar. La fuente de todas las dificultades, está en las cosas que llenan el corazón de la gente. «de la abundancia del corazón habla la boca» cosas que se transforman luego en las actitudes y hechos que forjan cada vida. Tú debes tomar la mayor decisión de tu existencia nadie puede hacerlo por Ti. Pilatos tuvo la pregunta en sus labios ¿que haré pues con Jesus? Pero no tomó la decisión y se condenó para siempre. No cometas tan desgraciada decisión, Haz de Jesús tu salvador.