Mensaje del Director:
Perseverancia. Eres constante en tus objetivos? Descúbrelo aquí. Me encuentro en una noche lluviosa frente al computador. Afuera las gotas golpean ruidosamente sobre las ventanas cerradas. Dentro las mosquitas de la fruta sobrevuelan frente a la pantalla del ordenador. Son notoriamente molestas, pero también son una manifestación de vida que debemos soportar. Tienen perseverancia, uno trata de quitárselas de encima, pero ellas vuelven una y otra vez. Son atraídas por el aroma y la luz que pueden percibir a distancia. Los niños son otro ejemplo maravilloso de perseverancia. Cuando algo necesitan de veras que se hacen oír. Sus llamados comienzan tenues, pero irán aumentando de volumen conforme no encuentran respuesta. Mamááá, Papááá repiten hasta el cansancio y no terminan hasta que alguno se haga presente. Tanta insistencia al final obtiene su fruto.
Perseverancia, la constancia en una acción determinada.
No es una virtud para permanecer ociosa. Quizás no se nace con ella, pero se desarrolla y se pone en acción con un propósito determinado. Después de algunos fracasos se aprende a comprenderla, pues sin ella nadie haría esfuerzos por realizar algo valioso. La gota de agua horada la roca, pero no por fuerza, sino por su perseverancia. En cualquier actividad de la vida, la constancia es el nervio motor que mantiene encendida la voluntad de continuar luchando. En la vida cristiana es absolutamente imprescindible actuar con ella en el crecimiento de la comunión con el Creador. Además, la única forma de permanecer en la fe y compañerismo con otros cristianos. Pues es necesaria para mantenerse firme y constante hasta el final. El Evangelio no es una opinión u opción, es una tarea a tiempo completo de toda la vida, con promesa de eternidad. Quién persevere hasta el fin será salvo. Mateo 10-22.
La Constancia de una viuda.
En la parábola de la Viuda y el juez injusto, Jesucristo nos enseña acerca de ser persistentes en la búsqueda. Esta mujer se sentía perjudicada y buscaba la solución en la persona de un juez. Pero este no atendía nunca sus demandas. De todas formas, esta mujer insistía una y otra vez solicitando justicia. Pero un día el hombre ya cansado de su persistencia, le respondió. No tengo temor de Dios ni de ningún hombre, pero no soporto más tu presencia, así que te haré justicia. Una vez más la perseverancia dio su fruto. Muchas personas, incluso cristianos se desalientan cuando no obtienen algo rápidamente y pronto dejan de insistir. El mismo Jesús indica a cada cristiano, haced como la viuda. Sean perseverantes todo el tiempo hasta que por fin obtengan la respuesta que buscan. Si nuestros progenitores nos daban lo mejor que podían, cuánto más nos dará Dios lo que pidamos constantemente.
Los frutos de la Perseverancia.
El tiempo de la vida pasa cómo un soplo. Los años del niño pasan volando. También muy pronto deja la adolescencia para transformarse en joven. Piensa entonces que siempre va a serlo. Pero un día se despierta con la responsabilidad de una familia. Si no fue consistente en sus metas y perseverante en su esfuerzo va rumbo al fracaso. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, dice Salomón en su libro. Antes que llegue el momento en el cual digas no tengo en ello contentamiento. Triste es ver hoy en día jóvenes, en la flor de su edad, con la vida arruinada. La luz de sus ojos se apagó. Sus brazos penden colgados a su costado porque no tienen voluntad ni hábitos de trabajo. Los vicios, la promiscuidad sexual y la falta de metas, les quitó la esperanza de una vida provechosa. Quien no pierde su esperanza es Jesús. Todavía te dice “A Quien me busca no le echo fuera” Entonces no pierdas el tren, búscalo ahora, cuando todavía tienes tiempo. De lo contrario cuando acabe tu vida en la tierra, las puertas del infierno se abrirán para ti. De allí, tan cierto como la luz del día, nunca más volverás a salir.