Mensaje del Director:
Bajo sus alas estaré seguro, no temeré mal alguno. Cuando niños nos encantaba llegar hasta los nidos de las aves que estaban a nuestro alcance. Nos maravillaba observar unos montoncitos de plumas y pequeños picos moverse entre ramitas hojas y barro. Cada nido era diferente pero el mensaje era el mismo, allí dentro se desarrollaba la vida de pequeñas criaturas. Tampoco olvido cuando oíamos batir el aire al sonido de las aves cuando regresaban al nido furiosas por nuestra intromisión. Poco importaba su tamaño, sabíamos que eran de temer en defensa de sus crías. Muchas veces solíamos abandonar corriendo sus nidos para no recibir sus represalias. Las cosas hoy, han cambiado en el mundo y en nuestras vidas. Algunas no volverán a ser jamás como antes pero otras continuarán permanentes. Hoy cualquiera piensa que tiene el derecho de decirle a los demás qué hacer o dejar de hacerlo.
Bajos sus alas hay seguridad.
Como los polluelos en sus nidos también nosotros, solo nos sentíamos seguros en nuestra casa al amparo de nuestros mayores. Siempre alguno de ellos o ambos estaban presentes para defendernos de cualquier dificultad. En la actualidad ya no se perciben las mismas cosas. En la vida de niños adolescentes y aun jóvenes es común ver la falta de algún progenitor o incluso de ambos. El daño que esto provoca en la formación integral de cada cual es incalculable e inmedible. Todo ser humano necesita de ambas figuras para desarrollarse formalmente como individuo. Cierto hay hogares monoparentales, también que alguien piense es mejor tener alguien a cargo que no tener ninguno. Pero esa no es la forma que el Creador diseñó para la familia modelo. No juzgo aunque no comparto, fui llamado a ejercer una función en el evangelio con otro tipo de familias. Cada cual tendrá su cuota aparte en las consecuencias de sus actos.
Bajo sus alas hay paz.
Esto ha llegado a ser hoy una palabra más en el diccionario que la realidad del mundo. Incluso me pregunto si varios conocen hoy lo que es un diccionario y lo que contiene. En este mundo todo se ha minimizado, el lenguaje por sonidos y ademanes y los nombres por diminutivos. Un comunicador afirmaba y no sin razón que muchos hoy no podrían leer o comprender a Shakespeare. Para eso se necesitaría un vocabulario de 2000 palabras. Cientos de miles poseen hablan y comprenden solo 800 0 900 palabras. Triste realidad de un mundo globalizado al punto de tomar como paz un empleo, alimentación o cuenta bancaria. Cuando eso pende de un hilo muy delgado frente a las plagas, la hambruna y el caos económico. Solo Cristo pudo decir y asegurar «Mi paz les dejo y les doy, en el mundo tendrán aflicción» Hoy muchos divulgan la idea de dejar de sufrir, pero promueven el sacrificio al mismo tiempo.
Bajo sus alas hay esperanza.
Las palabras de nuestro salvador nunca nos prometieron ser libres de aflicciones, sino con valor enfrentarlas. Hermanos y hermanas en la Fe, no estamos solos ni un segundo. Jesús prometió que estará con nosotros todo el tiempo ¿piensas qué se olvidó de su promesa, cuando en su palabra se repite 365 veces la frase «No Temas»? Pasamos por dificultades, enfermedades, desempleo y pérdidas de familiares y muchas más penurias aguardan en el futuro. Es muy probable que miles por causa de nuestros años ya no disfrutemos muchos días más en esta tierra. Pero no estaremos perdidos, fiel es quien promete «El que en Mi cree no morirá eternamente» Solo dormiremos por un poco de tiempo. En esta Semana Santa recordamos que Él murió pero al tercer día resucitó. Poder tiene para hacer lo mismo con nosotros cuando llegue el tiempo. Muerte has perdido tu aguijón ya no hay temor ¡Suenen trompetas! Cristo en la cruz te venció para siempre.