Mensaje del Director:
¿Todo es para Mí? Si, miles de promesas con cumplimiento. Pedimos disculpas por tomarnos unos días sin sumar nuevos artículos en nuestro portal. Desde luego que no ha sido para descansar. Esta tarea que el Señor nos ha encomendado nunca es una carga, sino una muy agradable sensación de paz. Unos momentos de tiempo de calidad para buscar su presencia y su voluntad. A Dios le agradezco haber comprendido que mi vida no se llena con cosas materiales sino de priorizar mi comunión con Él. Como todos en estos días nos encuentra en parte ordenando de alguna manera el desorden en que solemos caer. Me maravillo de encontrar cosas que guardé y que jamás utilizo y comienzo y decido deshacerme de ellas. Créanme me siento muy bien después. Nada me voy a llevar así que si no las necesito ¿para qué conservarlas? Esa muleta de «voy por más» no funciona conmigo. Gente hay que no disfruta nada de lo que tiene; porque siempre está pensando en ir por otras cosas. Dejan de lado lo más importante; nada menos que a Dios.
¿Todo es para mi crecimiento o deleite?
A todos sin excepción nos agrada recibir regalos. Cuanto mayor y mejor la calidad de ellos parece que más alegría sentimos. Es que somos así un poquito egoístas e interesados. Deberíamos mostrar igual agradecimiento a quien nos obsequia un pequeño presente como a otro de mayor valor. Al primero solemos descartarlo casi al instante. Al otro le damos más atención por un tiempo, pero después también lo olvidamos. Porque no hemos aprendido a disfrutar del presente, contínuamente pensamos en mañana antes que finalice el día. Como todos, he escuchado cientos de testimonios acerca de las cosas que la gente recibe. La sanidad sobre una enfermedad, empleo, ascenso, una casa, el automóvil o muchos más. Pero nunca escuché a alguien dar gracias por estar vivo, ese es un milagro que se repite cada día. Y eso y todo lo demás se lo debemos a Dios. Es lo primero que debemos hacer antes de salir de la cama. Agradecer y pedir sabiduría para vivir el resto del día. Pero pensamos en cosas que deseamos y no en Dios quien nos puede brindar esas cosas.
¿Todo es para mi, cuanto me cuesta?
Todo en la naturaleza creada tiene un costo agregado. Cuando Dios colocó a Adán en el Edén, todo estaba creado y a su disposición pero debía cuidarlo. Eso suponía un precio, esfuerzo y trabajo. A veces confundimos el significado de la palabra gratis. Cuando recibimos algo por lo cual no hemos pagado pensamos es gratis. Pero eso no significa que no haya tenido antes un costo para alguien. Una dama recibe una bella flor como obsequio, nada pagó por ella. Pero antes hubo alguien quien la sembró y cultivó. En la existencia todo, tiene su costo y en las cosas del Supremo también es así. En la palabra de Dios no hay términos medios en cuanto a sus promesas. Todas son en el Si. Al leerlas quizás encuentres que unas más que otras tocan tu corazón. Entonces le preguntas ¿esta es para mi? Él responde Si y tú contestas amén (Así sea) El costo conlleva que hay que creer en sus promesas, pese de que no hay evidencia visible en ese momento. Siempre afirmo, venimos al mundo con herramientas (talentos) y oportunidades (promesas). Las tomas o las perderás para siempre.
Tienes todo lo que precisas, nada te falta.
En el Salmo 23 leemos «El Señor es mi Pastor, nada me faltará» El salmista en primer lugar se refiere al Señor Jesucristo, Él es el motivo principal del Salmo. Todo lo que allí se promete se ha cumplido totalmente. Por ello comprobamos que Dios es fiel, no solamente porque habló; sino porque también se cumplió. En Pedro 2-3 leemos «Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas» y agrega en verso-4. «Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas» Como ves nada te falta para vivir una vida cristiana exitosa en la tierra. No necesitas ir por más, lo tienes todo. Solo es necesario que creas y avances. Noto con tristeza que las palabras que se escuchan en diferentes lugares tienden a comprimir el Evangelio. Busquen esto, aquello y lo otro y no permiten ir más allá, impidiendo mostrar la grandeza y propósito de Dios. De todas formas si aun quieres ir por más incluye lo principal, conocer a Dios y después seguirlo y crecer. Luego, no necesitarás nada más.