Mensaje del Director:
Hablar, eso es más que voces y sonidos, intenciones o pensamientos. Existen cosas en este vasto universo que al ser tan comunes no nos llaman la atención. Ello no significa que no sean tremendamente importantes. En definitiva hablar, es el lenguaje audible de nuestros pensamientos y conllevan siempre una intención. No solamente nos permiten la comunicación con los demás, sino fundamentalmente muestran la clase de personas que somos en realidad. Con simples palabras, podemos resolver o crear problemas. Alentar al desanimado o apagar el entusiasmo. Construir buenas y permanentes relaciones, uniendo personas. Eso y mucho más puede hacerse simplemente con algunas frases. Desde luego cuando hablar contiene el mensaje de construir. De lo contrario levantará muros imposibles de derribar.
Hablar siempre genera consecuencias.
Conforme hablamos, queda demostrado como pensamos y actuamos y en definitiva somos. Pocas veces pensamos si en algunas circunstancias, no hubiera sido mejor permanecer callados. Nadie conoce los pensamientos de otras personas, pero cuando abren su boca se muestran tal cual son. Tampoco es posible conocer de antemano sus intenciones pero las palabras que brotan de su interior nos revelan su carácter. De lo que no se tiene duda es que después que se escuchan provocan consecuencias irreversibles. Oir hablar a un niño enternece a sus progenitores. Pero al joven iracundo y altanero entristecer a sus mayores. La autoritaria y despreciativa conducta del esposo genera resentimiento en su esposa. La falta de consideración de una esposa hacia su conyugue erosiona la relación del matrimonio. ¿Quien lo diría? Solo se trataba de hablar un poco, nada más. No se piensa en las consecuencias
Hablar pero no dejar huellas fructíferas.
El Rey Salomón en su libro Proverbios aconseja a los Mayores, enseña al niño su camino y lo seguirá hasta que sea viejo. Aunque hay sabiduría en estas frases, son de origen estrictamente humano y por lo tanto falibles. Hoy vemos que aun jóvenes nacidos en círculos cristianos no deciden transitar de acuerdo a las enseñanzas de la niñez. Familias honorables generan descendientes que enlodan una inobjetable reputación. Como todo proceso no bastan unas pocas palabras si no van seguidas con el ejemplo, la guía y las oportunidades. Difícilmente el joven evitará el tabaco o el alcohol cuando ve que su padre o madre lo consumen. Tampoco aprenderá a ser fiel, cuando sus mayores no lo son en su trabajo ni en su vida conyugal. Muchas vidas se perderán porque a la enseñanza, no le siguió una conducta coherente. ¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo?
Hablar palabra fiel y verdadera.
Hay palabras que como clavos en la madera blanda, penetran fácilmente pero terminan pronto herrumbrándose y caen. Hay otras que cuesta hincar en la madera porque es muy dura y resiste el golpe del martillo. Pero cuando penetra permanece. Dios no cambia y su palabra tampoco. Nada puede superar la dirección que provee, sabiduría perfecta que viene de lo alto. El Pastor consume su vida y el Evangelista sus horas predicando a tiempo y fuera de tiempo. ¿Pero quien escucha? El Espíritu Santo con su perfecto amor busca rendir cada corazón y en muchas ocasiones, se retira angustiado. Desde los cielos se oye una potente voz preguntar ¿Quien ha escuchado nuestro anuncio? Que pena que por el orgullo muchos pierdan la única oportunidad de salvación. Solo piensan y desean que pase esta Pandemia, para volver a sus viejas costumbres. El murmullo de Satanás tiene confundido a muchos. Hombre y Mujer despierta, la luz de un nuevo y eterno amanecer está iluminando el horizonte. Elige ¿Bendición o Condenación?