Mensaje del Director:
La Fe en ejercicio, provoca el milagro de Dios. La vida terrenal de Jesús fue plena de hechos extraordinarios. Cada uno de ellos fueron realizados por un motivo especial. Nada de lo efectuado por Jesús fue hecho por casualidad sino por causalidad. No vino al mundo para entretenerlo y mostrar su deidad, sino para redimir y salvar lo que se había perdido. ¿Que fue lo que se había perdido en la antiguedad y aun lo está? La eternidad de todo ser humano que comenzó en el huerto del Edén. No todos quienes vivieron antes de nosotros fueron salvos, como tampoco lo serán quienes viven hoy y en el futuro. Jesucristo dejó en su tiempo ministerial la muestra más exacta y grandiosa del amor de Dios por la humanidad. Y la misma entristeció su corazón por causa de la desobediencia y el rechazo.Tanta era la maldad de la gente después de Adán y Eva que la destruyó por medio del diluvió. Solo Noé halló gracia para que Dios comenzara de nuevo. Pero también desde Noé hasta hoy la gente defraudó la expectativa de Dios quien dijo para si «No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre porque el es carne» No tiene remedio.
La Fe en ejercicio, es la que cambia cosas.
Bueno es recordar que si tenemos en nuestro vocabulario la palabra imposible es porque hay cosas que lo son. Aun para el Todopoderoso hay situaciones que son imposibles, una de ellas es que el Señor mienta. ¿Crees tú o algún ser humano que piense que lo ha hecho en alguna oportunidad? Desde luego que no; la palabra dice que no es hombre para que lo haga. Eso nos deja sin duda alguna en muy mala posición a cada uno de nosotros como habitantes del mundo. Pero hay mucho más todavía de lo que deseo expresar con respecto al quehacer de Dios. Quienes visitaron a Abraham para darle a conocer la promesa de Dios, viendo sus dudas le preguntaron ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? No te apresures a responder como lo hace la mayoría sin pensar antes. Porque en este caso como en el anterior, también para Dios hay cosas cosas difíciles de hacer. Ejemplo por Incredulidad. Muchos se llaman creyentes, dicen conocer a Jesús aun concurren a la iglesia pero no actúan. Jamás dan un paso de fe para que el Señor pueda actuar en sus vidas. Años y años de congregar pero siempre en la misma butaca sin poder crecer.
La Fe en ejercicio honra al Creador.
El Dios que habló con Moisés en el Sinaí como Jesucristo y actualmente como el Espíritu Santo no ha cambiado. Su poder se manifiesta conforme a su voluntad y en respuesta a la actitud de una persona. Si bien es cierto que es lícito pedir un milagro hay pensamientos y actitudes que observar. La forma y el contenido son muy importantes. ¿Es absolutamente necesario, no lesiona ningún derecho, estará dentro de la voluntad de Dios? Por sobre la fe el deseo y la voluntad personal siempre permanece la voluntad del Creador. Y muchas veces o casi siempre la desconocemos. El conocimiento de la palabra no significa vivir de acuerdo con ella. Los propios primeros discípulos escogidos de Jesús frente a una situación le rogaron «Auméntanos la Fe» La respuesta de Jesús fue «Con la fe del tamaño de un grano de mostaza es suficiente» De hecho la poseían como cada uno de nosotros. Pablo nos dice en Romanos Cap. 12-3 que actuemos conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. A mi humilde entender creo que con ella es más que suficiente. ¿Sería inteligente pedir más cuando no se utiliza lo que se tiene? Piensa.
La Fe en ejercicio será puesta a prueba.
La respuesta del Señor no siempre se recibe al instante. En ocasiones conlleva un poco de tiempo, en otras años para obtenerla y excepcionalmente; nunca llega. Habrá situaciones en la vida en las cuales solamente la fe puede ayudarnos. Porque no tendremos a mano con que solucionar el problema por urgente y peligroso que pueda ser. En ese momento precisamente, tu fe será puesta a prueba. Abraham vivió ese momento, Job que soportarlo, Pedro que enfrentarlo. También tu yo viviremos ese momento también y no podemos fallar. Un alpinista escalando una montaña resbaló en un desnivel y se precipitó al suelo. No tenía nada encima para detener su caída. De pronto vio una soga que se movía con el viento y como pudo se aferró a ella. Con desesperación gritó Señor si existes sálvame. Entonces se oyó una potente voz «Hijo suelta la cuerda» Señor dijo; si la suelto entonces muero. La voz volvio a repetirse «Hijo suelta la cuerda» En la mañana unos excursionistas encontraron a un hombre muerto, asido fuertemente a una cuerda; a solo 2 metros del suelo. La fe en más que una palabra, es acción en movimiento.