Mensaje del Director:
Inesperado, Nadie lo esperaba, pero ocurrió. ¿Que hacer? De pronto la lluvia comenzó a caer. Suavemente al principio luego copiosamente. Todos corrían a guarecerse en donde podían encontrar cobijo. En el cielo; densos nubarrones sobrecogían el ánimo. Una niña preguntó ¿mamá es el fin del mundo? No lo sé hija, pero espero que pase pronto y lleguemos a casa, mientras apretaba a la niña contra su pecho. Un anciano sacudía su pipa mojada con enojo, otro decía sesudamente; siempre que llovió paró. Una pareja de jóvenes mostraba su disgusto. Un gatito pequeño maullaba con miedo, mientras un perro con fuertes ladridos se hacía notar. Las ventanas de las viviendas se cerraban con estruendo. Detrás de las cortinas, los ojos mostraban terror al no comprender qué estaba pasando. Un viento recio como nunca sobrecogía el ánimo hasta del más templado. La incertidumbre es algo insoportable. El temor a lo desconocido es peor, que enfrentar una situación real. Es cómo caer en un pozo insondable que no tiene fondo.
Inesperado, pero si es mediodía.
Son exactamente las 11.20 horas, casi mediodía en el Sur de América. Distintos momentos en el resto del mundo según cada país y localidad. Pero hoy; las cosas independientemente del lugar, son asombrosamente idénticas. Un manto de oscuridad parece cubrirlo todo. Nadie distingue la hora en que vive, pues la oscuridad todo lo cubre. Donde debiera despertar el alba, nadie puede ver la luz del sol. Cuando la mañana está avanzada, todo está en tinieblas. Donde ya es noche, el firmamento parece ser más negro y denso que nunca. De pronto un silencio sepulcral parece invadirlo todo. No se escucha el más mínimo sonido. El viento dejó de soplar y la lluvia de caer. Nadie se atreve a hablar. El temor como una gigantesca mano parece ceñirse sobre cada garganta. La sensación es inenarrable..
Tan inesperado, como el dolor.
Una gran mayoría ha perdido la noción del tiempo. Para algunos, cada segundo parece interminable. ¿Cuándo empezó todo? No se tiene conciencia, el estupor los tiene paralizados a casi todos. Ni siquiera perciben quien está a su lado. Cada uno está viviendo una realidad diferente, que no puede procesar. Ni siquiera se puede recordar con exactitud, con quien se compartían momentos antes de que las cosas comenzarán a ocurrir. Una sensación de vacío y soledad poco a poco comienza a alojarse en cada mente. Hay deseos de llorar desconsoladamente, pero las lágrimas se rehúsan a brotar. Se quiere gritar con desesperación para llamar la atención, pero los sonidos se niegan a salir de la garganta. ¿Cómo moverse en medio de la oscuridad? Se pierde la noción de la ubicación y donde se encuentran las cosas. Eventos inesperados como el que hablo han sucedido antes. Pueden acontecer en cualquier momento.
¿Qué hacer cuando lo inesperado ocurre y no se sabe qué?
El ser humano de todos los tiempos ha vivido y vive siempre conforme a su voluntad, sus deseos y pensamientos. Desde luego con una excepción; hasta donde puede o se lo permiten, claro está. Todos creen saber como se deben hacer las cosas, ya que casi todos tienen opinión formada acerca de lo mejor. La cruda realidad indica que no es así; en razón de los resultados que vemos todos los días. Desde el comienzo cuando ocurrió el primer homicidio, de Abel en manos de Caín, nada ha cambiado. La violencia ha aumentado, también la delincuencia y el desafuero. Le siguen la perdida de los valores y principios, si es que se aprendieron desde pequeño. De lo contrario se vive peligrosamente sin ellos, al margen de la legalidad. Se afirma muy ligeramente, vivimos en una sociedad violenta, tanto es así que la mayoría está de acuerdo. Pero este concepto es falso, la sociedad no es violenta, puesto que la mayoría aun vive dentro del orden y la normalidad. Lo cierto es que han aumentado los violentos dentro de la sociedad.
Poco se recuerda, casi todo se olvida.
Que pronto el ser humano olvida lo que ha hecho. Sea consciente involuntario o inducido, nos olvidamos rápidamente de hechos pasados. Cuando lo inesperado ocurre, todo lo que pensamos y hacíamos momentos antes es olvidado. ¿Que hacía el empleado a quien le pagan por 8 horas holgazaneando en un rincón? También esa mano cuya intención era apoderarse de lo ajeno, quedó a medio camino. La cajera del supermercado se sobresaltó y se olvido de cobrar las mercancías. El cliente huyó con las mismas todo lo rápido que pudo. Ese puño que a punto estuvo de propinar un golpe sobre la humanidad de alguien, quedó en suspenso. Esas son algunas de las cosas que se intentaron hacer, pero lo inesperado las abortó al instante. No sabemos que puede ocurrir al minuto siguiente, para lo cual, nadie está preparado. Si se hace lo bueno, se recibe recompensa, si lo malo castigo. Con cada acción se viven después las consecuencias y no siempre lo inesperado, estorbará nuestros planes. Luego ya no habrá marcha atrás.