¿Necesidades o Caprichos? Aprende a diferenciarlas.

Necesidades o caprichos

Mensaje del Director:

¿Necesidades o caprichos?Aprende a diferenciarlas. Imnumerables son los caminos que llevan a una persona ante la presencia de Dios. A partir de ahí comienza otra historia. Tanto como si se asume un compromiso de seguirlo cómo de rechazo o indiferencia. Nada volverá a ser como antes, pensemos sencillamente en un encuentro casual con otra persona que no conocemos. A partir de ese momento pueden ocurrir muchas cosas diferentes, una amistad, pareja, matrimonio, empleo, soluciones o simplemente; nada. En este último caso nunca sabremos que pudo representar dicha persona en nuestra vida. Así sucede con quienes oyen hablar sobre Jesús pero lamentablemente no lo toman en serio. Luego otros que lo niegan y rechazan. Por último quienes deciden aceptarlo y seguirlo. Asi comienza para ellos una maravillosa y verdadera aventura de nueva vida plena de esperanza y desafíos.

Necesidades ¿quién no las tiene?

No existe una sola persona en el mundo que no las haya tenido ni quien ahora no las tenga. Desde que el niño nace comienza a tener necesidades que le seguirán todos los días de su vida. Es la gran escuela de la vida que nos enseña que todas las cosas son a su tiempo. Nadie tiene o conoce el plan completo de su existencia en la tierra. Todo se desarrolla hora a hora y día a día. Es la impaciencia que muchas veces trunca los mejores resultados. Si una lección no se aprende bien, entonces habrá una carencia que frustará el paso siguiente. Asi comienzan a fraguarse los grandes fracasos de una vida. La experiencia no siempre habilita cómo sortear dificultades, en ocasiones es un pesado lastre que el orgullo agiganta. La humildad es una inigualable consejera en nuestro camino, pero pocas veces gobierna nuestro razonamiento. Nos deleitamos con escuchar muchas voces pero con poca frecuencia la de la razón.

¿Necesidades o simplemente antojos?

Un error muy común en el que caemos fácilmente es confundir, necesidades con caprichos. Tal vez porque desde pequeños comenzamos a pensar que tenemos derechos. Cuando un niño llora, sus padres o quienes están cerca corren a atenderlo. En ese instante le estamos proveyendo de la primera herramienta para obtener lo que desea. Alguien podría refutarme ¿y si está enfermo? En realidad no sabemos por qué llora. Pero el pequeño institivamente comprende que para llamar la atención debe romper en llanto. Esta actitud deja una huella desde la primera infancia que se irá modificando con el correr de los años. Es decir cuando queremos obtener algo, evidentemente algo hay que hacer. Tenemos derechos después de todo, solemos pensar. Pero en la vida cristiana las cosas son y deben resolverse de diferente forma. Aquí no se trata de derechos adquiridos sino primariamente de obligaciones.

Necesidades reales.

Recordemos siempre aunque duela, que somos descendientes de una raza caída. En el principio la primer pareja tenía el dominio sobre muchas cosas, pero lo perdió por su desobediencia. A partir de entonces todo es cuesta arriba. Dios jamás prometió responder a todos nuestros pedidos o antojos. En el modelo de oración de Jesucristo, él nos enseña en primer lugar nuestra reverencia al Todopoderoso. Luego lo básico, la posibilidad del pan de cada día el aliento de vida, alimento vestimenta y techo. A pesar de que el propio Señor dijera en una oportunidad «Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre os lo dará»  Eso no nos adjudica el derecho a pedir cualquier cosa que deseamos. El Apóstol Juán complementa dicha frase «ese todo que pidieres es, conforme a su voluntad» Si no entendemos el sentido real de tales frases, estaremos reclamando cosas por las cuales no nos asiste derecho alguno.

Las cosas en su sitio.

La palabra de Dios, como el Señor no cambia. Jesús dijo «En el mundo tendrán aflicciones» Lo normal hoy es «Ponle punto final al sufrimiento» Pablo afirma «contentos con lo que tienen ahora» La respuesta actual es «voy por más» El hombre mas sabio dice «No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste»  El pensamiento en el corazón de muchos es «Mío es lo mejor de la tierra» Tal cual cómo piensa el hombre en su corazón así es. Existen contradicciones formales entre la palabra de Dios y sus siervos y lo que piensan muchas personas en la actualidad. Cada cual es dueño de sus palabras y por ellas será juzgado. La felicidad de un ser humano no depende de los bienes que posee pues nada se va a llevar de aquí. Ni siquiera tu vida es tuya, si eres cristiano, entonces tu vida es de Jesús. El te compró y pagó el precio con su propia vida. Eso es lo más importante, no necesitas mucho más aquí.  Con Jesús lo tienes todo; sin él no tienes nada.

 

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