Deslizarse tropezar y caer. Tres incidentes que anteceden al desastre.

Deslizarse tropezar y caer

Mensaje del Director:

Deslizarse tropezar y caer. Tres incidentes que anteceden al desastre. En la decada de los 60 era una cita obligada ver los magníficos espectaculos de Holiday on Ice. Las evoluciones destreza y habilidad de los artistas sobre la helada pista eran una maravilla para nuestros ojos. Los movimientos de cada acto rayaban casi en la perfección. No parecían deslizarse sobre la gélida pista sino danzar en el aire sin tocarla. Solamente en una oportunidad observamos un percance cuando una patinadora tropezó con un desnivel en la superficie de la pista. Pero era una excelente profesional y superó el problema fácilmente con un grácil giro de su cuerpo. Pero la mayoría de nosotros no tenemos esa habilidad innata o aquirida de resolver con facilidad las dificultades. Es común deslizarnos casi siempre sin darnos cuenta, para después tropezar con cualquier cosa y definitivamente terminar en el suelo.

Deslizarse es el comienzo.

Muchos suelen pensar en coincidencias, pero personalamente despues de muchas décadas vividas no creo en las mismas. Todo sucede porque existe una causa primaria que provoca todo cuanto acontece en el universo. Puede alguien patinar en un charco de agua o el pavimento húmedo y llevarse por delante algo o alguien. Luego caer aparatosamente en tierra y preguntarse por qué le aconteció tal cosa. Lo cierto es que el charco estaba allí no nació espontáneamente. Lo que sucede es que siempre andamos por la vida encerrados en nuestros pensamientos y cosas. Muy poco prestamos atención al entorno en que nos estamos moviendo en cada instante. El peligro siempre está latente, como una telaraña nos va envolviendo y nos resbalamos hacia el sin darnos cuenta. En cualquier área de nuestra vida antes del tropiezo, nos hemos deslizado lenta e impereceptiblemente para luego caer en desgracia.

Deslizarse hasta tropezar.

Nuestro Sistema Inmunitario nos defiende para conservar nuestra salud física. Pero también el Creador nos dotó con un Sistema efectivo de alerta contra el peligro, nuestra Conciencia. Nadie con uso de razón puede negar la diferencia entre lo bueno y lo malo de toda propia acción y decisión. ¿Por qué una joven permite concesiones verbales o físicas cuando sabe en qué terminarán? Un hombre casado acepta las insinuaciones de una compañera de trabajo, sabiendo el peligro que encierran. Una mujer soltera mantiene una relación ilícita con un hombre que tiene una  familia formada esposa e hijos. ¿Acaso ignoran que están haciendo las cosas mal y habrá consecuencias? Al ser humano le agrada el peligro y aun quemar una excelente reputación y la tranquilidad de su existencia. Todo antes que decir que NO. Y eso no solamente en una ocasión sino tropezar varias veces con la misma piedra. El remordimiento y las lágrimas no borrarán lo sucedido ni evitarán el sufrimiento de cada caída.

Después de la Caída.

No estoy expresando la apología del sufrimiento, no es agradable recordar muchas cosas que verdaderamente duelen y mucho. Pero si en insistir una y otra vez en pensar; antes de actuar. Es una regla infalible para no caer en dificultades. Es cierto; en nuestra vida sufrimos aflicciones que no buscamos. Ahora bien una cosa es sufrir por cosas inesperadas. Otra muy diferente es saber conscientemente que actuamos erróneamente y aun continuar adelante. Deberemos replantearnos, qué clase de vida deseamos llevar por nuestra propia voluntad. De lo contrario siempre seremos como las hojas que el viento se lleva. Las equivocaciones y errores conscientes o con su nombre propio pecados; tienen consecuencias que el arrepentimiento aun sincero no evitan. El perdón quita el peso de la culpa, pero nunca las consecuencias de una mala acción. Ejemplos sobran y están escritos para nuestra edificación y enmendar nuestra conducta. Saber lo que es bueno y no practicarlo es una falla grave del carácter de una persona. Y una afrenta deliberada al Creador.

Una luz en el camino.

Jesucristo nos dejó en su palabra muchas promesas una de ellas «Venid a mi todos los que están trabajados y cargados y yo les daré descanso» No son palabras huecas, sino tienen cumplimiento para el que la escucha y decide creer. Pero si aun dices que no crees, te invito a hacer la prueba. No te digo que vayas a una iglesia ahora, sino donde te encuentres con total sinceridad dile, Jesús, necesito tu ayuda. Él está esperando que lo se lo pidas. En cuanto a tí que aunque lo niegues estás dividido entre Jesús y el mundo navegando entre dos pensamientos, decídete. La palabra del profeta Elías es muy dura ¿Hasta cuando claudicarán entre dos pensamientos? Si el Señor es vuestro Dios, entonces, síganlo. Si es otro entonces vayan con el y no contaminen con sus dudas a los demás. El tiempo se acaba por cuanto los años pasan. Si de verdad quieres vivir en paz, solo en Jesús la puedes encontrar. Tuya es la responsabilidad, hoy es el día y ahora el momento de tú decisión, Jesús todavía te espera.

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